La Calidez y el Confort de los Suelos o Parquets de Madera
Clavado, encolado o flotante, el parquet se ha convertido en una alternativa de revestimiento asequible, práctico y cálido
Pisar madera ha dejado de ser un lujo minoritario debido a que el parquet ha sabido adaptarse a los nuevos gustos del público y ha experimentado, desde hace ya algunos años, un auge extraordinario. Antiguamente, la madera se utilizaba como recubrimiento de suelos en las casas de montaña y en ciudades muy frías. El País Vasco y Castilla eran los grandes feudos de este tipo de suelo en España, en cuyas casas podían apreciarse anchos y largos tablones que ayudaban a dar confort y calor a la vivienda.
Actualmente, el parquet ofrece una amplia gama de posibilidades no sólo en dibujos, sino también en colores, y ha ido desbancando a pavimentos más tradicionales como el terrazo o las baldosas, gracias a sus ventajas calidez y también, por qué no decirlo, por la bajada de precios que han ido sufriendo.
Este tipo de recubrimiento tiene la ventaja de repeler el polvo, ser muy resistente al uso (un buen parquet de roble de 23 milímetros de espesor puede llegar a durar 100 años) y es de fácil cuidado, sobre todo, gracias a los barnices actuales.
Sensibilidad a la humedad
El inconveniente más importante es la sensibilidad que tiene la madera a la humedad, ya que un alto índice de humedad puede provocar un aumento de volumen de la madera y hacer que el parquet se hinche, pero este problema se puede evitar aislando bien el suelo antes de su colocación.
Tipos de Parquet e Instalación
Antes de elegir un parquet hay que informarse bien de los distintos tipos de madera. Es importante tener en cuenta el grosor (normalmente oscila entre los 8 y los 25 milímetros), porque de ello depende la vida del parquet, y también hay que conocer las diferentes formas de colocarlo que existen.
El parquet macizo para clavar es el más tradicional. Está formado por tablas macizas que se clavan sobre las viguetas del falso suelo o sobre rastreles. Al ir clavado, es importante tener en cuenta que, una vez colocado, el suelo acostumbra subir 3,5 centímetros. En este caso, el grosor de la madera suele oscilar entre los 16 y los 25 mm.
Las diferencias de precio se deben al espesor y la calidad de la madera; las de primera calidad (bubinga, teka de Birmania, jatoba…) siempre resultan más caras que otras más sencillas como el pino o el eucalipto.
El parquet encolado resulta más asequible, aunque también el grosor de la madera suele ser menor (entre 8 y 15 milímetros). Este tipo de parquet va encolado directamente te sobre el suelo existente, pero para ello con viene que la superficie sea lisa y uniforme (lo más aconsejable es hacerlo sobre terrazo), y si se tiene que encolar directamente sobre hormigón pulido o cemento es recomendable aplicar calor al suelo dos o tres semanas antes de colocarlo a fin de eliminar todo posible resto de humedad.
El parquet flotante, está teniendo mucha aceptación por su rapidez de colocación. Este parquet está compuesto por maderas que llegan ya barnizadas y pulidas en losetas o en tablas estabilizadas machihembradas y se puede colocar sobre cualquier plano. Sin embargo, en los parquets flotantes, aunque tienen un grosor de entre 11 y 23 milímetros, la madera de calidad suele ser una chapa muy fina (generalmente de tres milímetros) y si se utiliza para lugares de mucho tránsito como bares o tiendas puede tener una vida relativamente corta.
El Color y Las Modas
Antes, el parquet siempre conservaba su primitivo color de madera, pero ahora está en auge teñirla, aunque tan sólo se puede hacer con las maderas claras (roble, haya, eucalipto, arce, abedul…). Lógicamente, la elección del color dependerá de la decoración del ambiente, pero los tonos claros son generalmente los más aconsejables para despachos o pisos pequeños.
También tienen mucha aceptación las maderas rojizas como el elondo, la teka, la jatoba brasileña…, pero muchas veces este tipo de maderas procedentes de países tropicales resultan más caras, y además pueden provenir de talas ilegales.
Los Acabados
Una vez colocado el parquet, hay que darle el toque final con el acabado. Antiguamente se enceraba porque aplicar cera líquida resulta sencillo y con el tiempo su aspecto se va volviendo satinado, pero necesita abrillantarse a menudo.
Ahora lo más corriente es barnizarlo, un tratamiento que consiste en aplicar una película de barniz (brillante, mate o semimate, según los gustos personales). Este recubrimiento hace más duradero el parquet y resulta fácil de limpiar, ya que basta con pasar una bayeta humedecida en agua a la que se puede añadir un poco de vinagre. La vida media de un barniz es de cuatro a siete años.